Cuando planeamos esta semana nos pareció bien imaginar que viajaríamos en coche eléctrico, por aquello de las cero emisiones, de que se carga con el sol, de que es muy ecológico. Pero el tema central era la alimentación sana, así que al final lo cambiamos por un Food Truck... ¡Eléctrico!
Esto es algo que, al igual que las emociones, tratamos constantemente en nuestras colonias, pero es importante dedicarle una semana de sensibilización para que el mensaje vaya calando.
A lo largo de la semana hicimos énfasis en esto a través de juegos y actividades, como por ejemplo ayudarles a que se preparasen su propio almuerzo creando smoothies, batidos o brochetas, todo a base de fruta. Se crearon pirámides alimenticias que los propios niños rellenaron, identificando muy bien qué alimentos eran más sanos que otros, aunque los menos sanos fueran los que más felices nos hacían. A la hora del comedor se pusieron básculas en la mesa de los desperdicios para concienciar, con cifras reales y pruebas visuales, todo lo que se acaba desperdiciando, y les instamos a llevar ellos mismos la cuenta diaria.